martes, 22 de septiembre de 2015

LAS PERSONALIDADES



Este test sólo ofrece orientación y carece de valor diagnóstico. 

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Sí    No
1. ¿Cree que el día no tiene bastantes horas para todas las cosas que debería usted hacer?
  
2. ¿Siempre se mueve, camina o come con rapidez?
  
3. ¿Se siente impaciente por el ritmo al que se desarrollan los acontecimientos?
  
4. ¿Acostumbra a decir: "Ah, ajá" o "sí, sí, sí", "bien, bien", cuando le habla una persona apremiándola inconscientemente a que acabe de decir lo que tiene que decir?
  
5. ¿Tiene tendencia a terminar las frases de otras personas?
  
6. ¿Se siente exageradamente irritado incluso rabioso cuando el coche que le precede en una carretera rueda a una marcha que usted considera demasiado lenta?
  
7. ¿Considera angustioso tener que hacer cola o esperar turno para conseguir una mesa en un restaurante?
  
8. ¿Encuentra intolerable observar cómo otras personas realizan tareas que usted sabe que puede hacer más deprisa?
  
9. ¿Se impacienta consigo mismo si se ve obligado a realizar tareas repetitivas (rellenar resguardos, firmar talones, lavar platos, etc.), que son necesarias pero le impiden hacer las cosas que a usted le interesan realmente?
  
10. ¿Es usted de esas personas que leen a toda prisa o intentan siempre conseguir condensaciones o sumarios de obras literarias realmente interesantes y valiosas?
  
11. ¿Se esfuerza por pensar o hacer dos o más cosas simultáneamente? Por ejemplo, al tiempo que intenta escuchar la charla de una persona, sigue dando vueltas a otro tema sin ninguna relevancia con lo que escucha.
  
12. ¿Mientras disfruta de un descanso, continúa pensando en sus problemas laborales, domésticos o profesionales?
  
13. ¿Tiene usted el hábito de acentuar excesivamente varias palabras que usted considera clave en su conversación ordinaria o la tendencia a articular las últimas palabras de sus frases más rápidamente que las palabras iniciales?
  
14. ¿Encuentra difícil abstenerse de llevar cualquier conversación hacia los temas que le interesan especialmente, y cuando no lo consigue, pretende usted escuchar pero en realidad sigue ocupado en sus propios pensamientos?
  
15. ¿Se siente vagamente culpable, cuando descansa y no hace nada durante varias horas o varios días?
  
16. ¿Intenta siempre programar más y más cosas en menos tiempo, y al hacerlo así deja cada vez menos margen para los imprevistos?
  
17. Al conversar, ¿da con frecuencia puñetazos o palmadas en la mesa, o golpea con un puño la palma de la otra mano para dar más énfasis a un punto particular de la discusión?
  
18. ¿Se somete a ciertos plazos en su trabajo que con frecuencia son difíciles de cumplir?
  
19. ¿Aprieta con frecuencia las mandíbulas, hasta el punto que le rechinan los dientes?
  
20. ¿Lleva con frecuencia material relacionado con su trabajo o sus estudios a su casa por la noche?
  
21. ¿Acostumbra usted a evaluar en términos numéricos no sólo su propio trabajo, sino también las actividades de los demás?
  
22. ¿Se siente usted insatisfecho con su actual trabajo?
  
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Este test ha sido creado para conocer a qué tipo de patrón de personalidad pertenece una persona. El tipo de personalidad A corresponde a aquellas personas que necesitan afirmarse permanentemente a través de logros personales para alcanzar la percepción de auto-control. Experimentan una constante urgencia de tiempo que les hace intolerable el reposo y la inactividad.

Estas personas también presentan una percepción de amenaza casi contínua a su autoestima, eligiendo la acción como estrategia de enfrentamiento a sus problemas. Tienen tendencia a la dominación, una profunda inclinación a competir y una elevada agresividad que les induce a vivir en un constante estado de lucha.
Las enfermedades más frecuentes en estos sujetos son las de tipo coronario, problemas psicosomáticos y síndromes de ansiedad generalizada. El patrón de conducta A se adquiere a través del aprendizaje y se puede detectar ya en la adolescencia.

El patrón de personalidad B es, evidentemente, lo opuesto al anterior. Son personas con un adecuado nivel de auto-control y autoestima que no les hace falta mantener actitudes compensadoras para reafirmarse. No son competitivas ni tan fácilmente irritables, y en general se toman la vida con mayor tranquilidad.

Valoración:


14 puntos o más:
Si se encuentra dentro de esta puntuación, es usted persona con un carácter del tipo A, debería relajarse y tomarse las cosas con más filosofía, pues tiene mayor peligro de padecer enfermedades coronarias, problemas psicosomáticos y estados de ansiedad. El mundo no se acaba sin usted.

Entre 9 y 13 puntos:
Usted se encuentra dentro de una puntuación normal, su carácter es un equilibrio entre la personalidad A y la B. Dentro de estos parámetros es donde se encuentra la mayoría de personas. Se activa lo suficiente para ser productivo y eficiente en el trabajo o estudios, pero sabe mantener la calma en las situaciones que así lo requieren, aunque en ocasiones también se sienta nervioso.

9 puntos o menos:
Es usted una personalidad del tipo B. Es bastante menos vulnerable a sufrir ansiedad que otras personas, no se muestra ambicioso ni dominante, deja que las cosas sigan su cauce sin preocuparse en exceso. No quiere decir que nunca se muestre nervioso o angustiado si la situación le desborda, pero en general tiene un temperamento templado.

YULIETH KATHERINE CERON CUELLAR



                    

                                                


                                                               



martes, 18 de agosto de 2015

                         

Taller de sexualidad
1.- A qué edad te diste cuenta de tu identidad sexual, de que eres niño o niña, de cómo son los niños o las niñas?… ¿Cómo te diste cuenta?
SOL: CUANDO TENIA  2 AÑOS  Y ME DI CUENTA CUANDO  ME CELEBRARON MIS 2 AÑOS POR QUE ME HABIAN COMPRADO TODO DE ROSITA LA FRESITA Y TENIA UN BESTIDO MUY BONITO Y GRANDE…


2.- Qué has visto en la televisión sobre sexualidad: Caricias, afecto, relaciones amorosas, relaciones sexuales, violencia en el noviazgo, conductas propias de cada género
(Reproductividad, genero, vinculación afectiva y erotismo)
SOL: E VISTO CASI TODAS DONDE EN LA TELEVISION PASAN  A DIARIO DONDE SE PRESENTAN VIOLENCIAS, ABUSOS Y MUCHAS COSAS MAS.



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3.-Qué has aprendido sobre las conductas propias de tu género?
SOL: E APRENDIDO A QUE DEVEMOS RESPETARNOS COMO LO QUE SOMOS UNAS MUJERES DECENTES Y DEVEMOS RESPETARE NUESTRO PROPIO CUERPO.

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4.- Qué sabes de tu anatomía según tu género? Enlista todo lo que sabes de tu cuerpo, del afecto, erotismo, violencia sexual
SOL: CUIDAR MI CUERPO
         CUIDAR MIS PARTES INTIMAS 

5.- En qué forma la sexualidad puede convertirse en un medio de ataque, violencia, tensión o conflicto para ti en tu género?
SOL: CUANDO SE BUELVEN ADICTOS A LA SEXUALIDAD Y NO TIENEN CON QUIEN HACER ESE TIPO DE COSAS

6.- Qué onda con las relaciones sexuales y el erotismo, el afecto, que tanto sabes?
SOL: SE QUE DEVEMOS CUIDARNOS EN CUANTO ALAS RELACIONES SEXUALES PARA PREVENIR UN EMBARARZO

7.- En la escala del 1 al 10 donde 10 es muy propenso, que tan propenso o propensa te encuentras en este momento o a futuro a llegar a tener un embarazo no deseado siendo adolescente?
SOL: EN LA 2  POR  AHORA SOLO TENGO QUE PENSAR EN MIS ESTUDIOS.

8.- ¿Qué tan consciente estás de las consecuencias de tener una sexualidad equivocada o precoz? ¿Te importa o te es indiferente?
SOL:SI ME IMPORTA POR QUE ESAS CONCECUENCIAS ME PUEDEN EFECTAR LAS COSAS QUE TENGO REALIZADAS PARA MI FUTURO SIMPLEMENTE ME CUIDO PARA ESE TIPO DE COSAS



9.








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10.




Mitos y realidades sobre la sexualidad

• La mujer nunca queda embarazada en la primera relación sexual.

Mito: este es uno de los mitos más comunes y perniciosos que lleva a los adolescentes a cometer muchos errores. Si durante la relación sexual la mujer está fértil, puede producirse el embarazo sin importar que sea la primera, la segunda o la última relación sexual.

• El tener relaciones sexuales de pie impide el embarazo.

Mito: este es otro mito frecuente. La posición en que se tenga la relación sexual no afecta las posibilidades de no embarazarse. Basta que la mujer esté en su período fértil para que la posibilidad de embarazarse si tiene relaciones sexuales esté presente.

• Los varones, para ser más hombres, necesitan tener muchas relaciones sexuales.

Mito: la hombría no está dada por la cantidad de veces que se ha acostado con una mujer, ni por la cantidad de mujeres que tenga “disponible”. La hombría se mide por la responsabilidad y respeto con que el hombre vive su sexualidad, reconociendo en ella un valor y logrando una actitud de cuidado y valoración de ella. Un “verdadero hombre” es quien es capaz de respetar a la mujer y respetarse a sí mismo entendiendo la relación sexual como un acto de intimidad, amor y respeto mutuo.

• A las mujeres que han tenido relaciones sexuales se les arquean las piernas.

Mito: el haber tenido relaciones sexuales no provoca ningún cambio físico en la mujer, ni en el hombre. Por lo tanto no es posible “saber” si una mujer ha tenido o no relaciones sexuales a través de su estructura física.

• Los hombres pueden expresar sus emociones y afectos frente a los demás.

Realidad: los hombres no sólo tienen el derecho, sino que son capaces de expresar y manifestar sus emociones y afectos con naturalidad. Ellos, al igual que las mujeres, tienen la capacidad de ser sensibles y afectuosos. Muchas veces ellos reciben mensajes de la familia, la escuela, los medios de comunicación, que les impiden desarrollar esta capacidad. Es necesario superar estos mensajes para poder desarrollar todas las capacidades que tienen como seres humanos.

• El lavado vaginal después de la relación sexual es un método eficaz para evitar el embarazo.

Mito: el lavarse después de haber tenido relaciones sexuales o el tomar agüitas de hierba, no evita la posibilidad de que ocurra un embarazo. Los métodos efectivos para evitar el embarazo se basan en datos y técnicas científicamente probadas y que la pareja debe conocer antes de tener la relación sexual.

• Cuidarse “por las fechas” (método del calendario) no es recomendable para evitar el embarazo.

Realidad: dado que la mujer puede tener ciclos más largos o más cortos, el cuidarse por las fechas se considera muy arriesgado pues ella no puede anticipar si su ciclo va a ser regular y exacto de 28 días. Cualquier variación en él, echa por tierra todos los cálculos de fechas que se hayan podido hacer.

• Durante la menstruación la mujer no debe practicar deportes, o lavarse el pelo, porque si lo hace se le puede cortar la regla.

Mito: durante su menstruación, o regla, la mujer puede realizar todas las actividades que desee en forma normal y natural. Los cuidados que ella deberá tener tienen que ver con mantener su higiene personal, por lo que el bañarse, lavarse el pelo, etc. Durante la regla son acciones recomendadas. Sólo en caso de que sienta molestias específicas, puede disminuir la actividad deportiva y tomar algún analgésico.

• Las eyaculaciones o emisiones nocturnas son absolutamente normales en los varones.

Realidad: a partir del fin de la pubertad (13-14 años aproximadamente) es natural que los muchachos tengan eyaculaciones espontáneas durante los sueños. Esto es un signo que habla de la maduración sexual-biológica que están experimentando. Esta experiencia se relaciona con el inicio de la menstruación, en la caso de las muchachas. Ambas situaciones indican que muchachos y muchachas han logrado un desarrollo biológico que les da la capacidad de reproducirse.

Sin embargo, cabe aclarar que la capacidad para hacerse responsables de poder procrear no se limita sólo a lo biológico, sino que requiere de una maduración psicológica, social y valórica, que permita asumir la responsabilidad que implica la maternidad y paternidad.

• La falta de himen en la mujer es la prueba de que ella ya no es virgen.

Mito: el himen es una membrana muy delgada y frágil que se encuentra a la entrada de la vagina de la mujer. El que una mujer no lo tenga o se le haya perforado no es un signo de que ella ya haya tenido relaciones sexuales. Un ejercicio físico, una maniobra brusca o un accidente pueden hacer que se rompa; también hay mujeres que tienen el himen perforado desde su nacimiento y nunca han tenido relaciones sexuales. La mujer debe valorar y cuidar su sexualidad más allá de los mitos que existan en torno a ella.

• Si la mujer no sangra en su primera relación sexual, quiere decir que no es virgen.

Mito: el sangrado durante la primera relación sexual tampoco es un signo de virginidad. Si ha habido una buena estimulación y lubricación vaginal en los momentos previos a la penetración, no tendría por qué haber sangrado ni dolor de ningún tipo. Esto podría llegar a ocurrir cuando no ha habido una buena preparación y estimulación, produciéndose algún tipo de sangrado o dolor producto del roce o de la tensión con que se esté viviendo la relación sexual.

• El embarazo precoz afecta la posibilidad de los adolescentes de mejorar sus condiciones educativa, económica y social.

Realidad: está comprobado que un embarazo durante la adolescencia afecta las posibilidades de que la mujer, y el varón cuando lo asume, logre desarrollar todas sus potencialidades en el ámbito de lo educativo, del desarrollo social y su capacidad para lograr la independencia económica.

Ello implica la interrupción de un proceso de crecimiento y desarrollo y el poder proyectarse en la vida, poniéndose metas, apropiadas a la edad, que les permitan realizarse en la vida adulta. Está claro que, desde todo punto de vista, no es recomendable la experiencia de un embarazo durante la adolescencia, sin embargo, si ello ocurre se deberá velar por acoger la vida del niño o niña que está por nacer y procurar que los padres adolescentes cuenten con el apoyo económico y afectivo para poder asumir con responsabilidad su maternidad y paternidad.

• Es común que durante la adolescencia se acceda a “dar la prueba de amor”, por miedo a ser abandonados por la pareja.

Realidad: con frecuencia los adolescentes declaran haber tenido relaciones sexuales porque “si no lo hacía mi pareja me dejaría”, o bien porque los demás iban a pensar de que no era suficientemente hombre o mujer, o porque todos en el grupo lo han hecho “y no podía quedarme atrás”.

Todas estas son ideas que lejos de permitir que los adolescentes puedan valorar y vivir su sexualidad de forma integral, los empujan a responder a los miedos y las presiones de otros.

Lo recomendable es que ellos puedan vivir la sexualidad en la pareja dentro de un proceso de conocimiento y comunicación mutua sobre las inquietudes, las sensaciones y expresiones del cariño y amor que se tienen, junto con sus valores y decisiones sobre cómo enfrentar el tema de las relaciones sexuales.

• Todo contacto físico con la pareja lleva necesariamente a la relación sexual.

Mito: el contacto físico es algo esencial entre los seres humanos. Besarse, abrazarse, etc. forman parte de la relación normal de cualquier pareja y no necesariamente es provocador de una relación sexual. La posibilidad de tener una relación sexual está dada por la intención o deseo de uno o ambos miembros de la pareja, cuando se da un ambiente más íntimo que propicia el deseo sexual.

Mito 1 Los que calzan grande, lo tienen grande

Realidad: Según la morfología de cada individuo, si una persona tiene los pies grandes, debería tener el resto del cuerpo grande, es lógica pura; no obstante, la realidad es otra y en muchos casos –más de los que imaginamos– esta regla no aplica absolutamente para nada.

Mito 2 Sin coito, no hay sexo

Realidad: Nada más erróneo “Hoy día la acepción de encuentro sexual se ha ampliado muchísimo”, dice Guarneros, “y se considera así al sexo oral, a la masturbación en pareja o incluso a variaciones tan diversas como el sexo telefónico o dar placer a tu pareja sin que tú necesariamente tengas un orgasmo, como masturbarlo o excitarlo simplemente”.

Mito 3 El alcohol es el mejor estimulante sexual

Realidad: El alcohol en una cantidad moderada, desinhibe y despierta los sentidos: no estimula el deseo sexual, sólo te hace ser más consciente de él. Claro está que en exceso causa pérdida de conciencia y los resultados suelen ser graves: perder voluntad y tener sexo sin desearlo, ¡muy peligroso!

Mito 4 Los hombres no tienen erección cuando no gustan de su pareja

Realidad: “La erección no depende de un sólo factor”, explica el doctor Guarneros, “es una mezcla: atracción física, el olor, el momento… pero también falta de concentración, cansancio o el estrés, que son capaces de provocar la pérdida de la misma”.

Mito 5 Los hombres piensan más en sexo que las mujeres

Realidad: Esto en parte es verdad, los hombres piensan y expresan su sexualidad de manera más abierta que las mujeres, pero esto no significa que ellas no lo hagan. Lo que sucede –según Guarneros– es que socialmente no está bien visto que las mujeres hagan comentarios referentes al sexo, pero esto no implica que las mujeres se acuerden menos de ello, sino todo lo contrario.

Mito 6 Los hombres deben saber dar placer a las mujeres

Realidad: Esto es una mentira absoluta. Tanto el hombre como la mujer deben saber cómo complacer a su pareja. Y no hay reglas ni roles. “Dejarse llevar es algo mutuo”, afirma el doctor Guarneros, “no tiene que haber un líder por obligación, es un trabajo en equipo”.

Mito 7 Las fantasías sexuales son para las zorras

Realidad: Esto es completamente falso. Las fantasías acordadas por la pareja, son juegos que estimulan la líbido y hacen de los encuentros sexuales más divertidos y placenteros.

Mito 8 Masturbarse ocasiona que no disfrutes el sexo real

Realidad: Es una completa mentira. Calificarla como ‘mala’ es una visión moralina o religiosa, según Guarneros. “Es un ejercicio sano, incluso al estar en pareja”, comenta el experto.

Mito 9 La iniciativa al sexo debe tenerla el hombre

Realidad: En algunas culturas machistas, las mujeres que toman la iniciativa son mal vistas pero, por fortuna, esta creencia está en vías de extinción. Una mujer que quiere sexo no debe temer pedirlo, porque su necesidad es tan auténtica como la de su pareja.

Mito 10 Sexo es igual a orgasmo

Realidad: Mentira absoluta. “Ver el orgasmo como la finalidad única del sexo es como ir de paseo al campo sin admirar el paisaje”, confirma Guarneros. A veces el trayecto puede ser más placentero que la meta




Mito: La mujer nunca queda embarazada en la primera relación sexual.

Realidad: este es uno de los mitos más comunes y perniciosos que lleva a los adolescentes a cometer muchos errores. Si durante la relación sexual la mujer está fértil, puede producirse el embarazo sin importar que sea la primera, la segunda o la última relación sexual.


Mito: Las mujeres sangran cuando pierden la virginidad.

Realidad: Falso, falso, requeté falso!!! No todas las mujeres sangran la primera vez: el himen puede que ya esté roto, o que sea tan elástico que al momento de tener sexo no se rompe y por ende, no sangra. Por último, puede darse que creen no hubo sangrado, pero resulta que éste es tan escaso, que ni siquiera se dan cuenta.


Mito: Los hombres que disfrutan del sexo anal tienen tendencias homosexuales.

Realidad: Un mito basado en puros prejuicios. Los hombres y también las mujeres heterosexuales pueden encontrar mucho placer en el sexo anal! En el caso de los hombres, la estimulación anal es maravillosa para estimular su Punto Prostatico.


Mito: El tener relaciones sexuales de pie impide el embarazo.

Realidad: Este es otro mito frecuente. La posición en que se tenga la relación sexual no afecta las posibilidades de no embarazarse. Basta que la mujer esté en su período fértil para que la posibilidad de embarazarse si tiene relaciones sexuales esté presente.


Mito: Los varones, para ser más hombres, necesitan tener muchas relaciones sexuales.

Realidad: La hombría no está dada por la cantidad de veces que se ha acostado con una mujer, ni por la cantidad de mujeres que tenga “disponible”. La hombría se mide por la responsabilidad y respeto con que el hombre vive su sexualidad, reconociendo en ella un valor y logrando una actitud de cuidado y valoración de ella. Un “verdadero hombre” es quien es capaz de respetar a la mujer y respetarse a sí mismo entendiendo la relación sexual como un acto de intimidad, amor y respeto mutuo.


Mito: A las mujeres que han tenido relaciones sexuales se les arquean las piernas.

Realidad: El haber tenido relaciones sexuales no provoca ningún cambio físico en la mujer, ni en el hombre. Por lo tanto no es posible “saber” si una mujer ha tenido o no relaciones sexuales a través de su estructura física.


Mito: Los hombres no pueden expresar sus emociones y afectos frente a los demás.

Realidad: los hombres no sólo tienen el derecho, sino que son capaces de expresar y manifestar sus emociones y afectos con naturalidad. Ellos, al igual que las mujeres, tienen la capacidad de ser sensibles y afectuosos. Muchas veces ellos reciben mensajes de la familia, la escuela, los medios de comunicación, que les impiden desarrollar esta capacidad. Es necesario superar estos mensajes para poder desarrollar todas las capacidades que tienen como seres humanos.


Mito: El lavado vaginal después de la relación sexual es un método eficaz para evitar el embarazo.

Realidad: El lavarse después de haber tenido relaciones sexuales o el tomar agüitas de hierba, no evita la posibilidad de que ocurra un embarazo. Los métodos efectivos para evitar el embarazo se basan en datos y técnicas científicamente probadas y que la pareja debe conocer antes de tener la relación sexual.


Mito: Durante la menstruación la mujer no debe practicar deportes, o lavarse el pelo, porque si lo hace se le puede cortar la regla.

Realidad: Durante su menstruación, o regla, la mujer puede realizar todas las actividades que desee en forma normal y natural. Los cuidados que ella deberá tener tienen que ver con mantener su higiene personal, por lo que el bañarse, lavarse el pelo, etc. Durante la regla son acciones recomendadas. Sólo en caso de que sienta molestias específicas, puede disminuir la actividad deportiva y tomar algún analgésico.


Mito: La pareja debe llegar junta al orgasmo.

Realidad: Que la meta sea que deban llegar los dos juntos al orgasmo no es más que un Mito! Los orgasmos sincronizados son de esos fenómenos misteriosos que ocurren de mil en cien, ya sea porque los planetas están alineados ese día o porque da la casualidad que justo en ese momento cae un rayo sobre el sur de África. ¿Quién sabe? Pero definitivamente no debe convertirse en una meta.


Mito: La masturbación genera enfermedades y adicción.

Realidad: La masturbación es una experiencia sexual absolutamente normal, natural y deseada. Brinda grandes beneficios: libera el estrés, ayuda a conocer la propia respuesta sexual, ayuda a conciliar el sueño, su práctica mejora la respuesta orgásmica, se aprende a controlar la eyaculación a través de su práctica, mejora la circulación sanguínea, etc… Desafortunadamente, la masturbación tiene muy mala fama y está teñida de mitos y falacias que asustan a muchos.


Mito : El preservativo disminuye la sensibilidad.

Realidad: El preservativo no tiene por qué disminuir la sensibilidad, pero muchos hombres se quejan de que se les hace difícil mantener la erección cuando usan profilácticos. Esto puede suceder porque están ansiosos, pierden la concentración, o experimentan una mínima pérdida de sensibilidad como consecuencia del uso del condón. Es un problema fácil de solucionar, usando lubricantes y haciendo del momento de ponerse el condón, una experiencia sensual y divertida! Así que chicas, ayúdenle a sus chicos a ponérselo, y prueben hacerlo con sus bocas!


Mito: Las vírgenes no pueden tener orgasmos.

Realidad: Claro que las chicas vírgenes pueden tener orgasmos! Pero está muy extendido el Mito de que no es así. Salir de la equivocación es muuuy fácil: pregúntenle a cualquier mujer virgen o no, si cuando se masturbaba antes de tener su primera relación, tenía orgasmos. ¡Descubrirán que muchas les dirán que disfrutaron de unos orgasmos de Primera!


Mito: Las eyaculaciones o emisiones nocturnas no son normales en los varones.

Realidad: A partir del fin de la pubertad (13-14 años aproximadamente) es natural que los muchachos tengan eyaculaciones espontáneas durante los sueños. Esto es un signo que habla de la maduración sexual-biológica que están experimentando. Esta experiencia se relaciona con el inicio de la menstruación, en la caso de las muchachas. Ambas situaciones indican que muchachos y muchachas han logrado un desarrollo biológico que les da la capacidad de reproducirse.


Mito: La falta de himen en la mujer es la prueba de que ella ya no es virgen.

Realidad: El himen es una membrana muy delgada y frágil que se encuentra a la entrada de la vagina de la mujer. El que una mujer no lo tenga o se le haya perforado no es un signo de que ella ya haya tenido relaciones sexuales. Un ejercicio físico, una maniobra brusca o un accidente pueden hacer que se rompa; también hay mujeres que tienen el himen perforado desde su nacimiento y nunca han tenido relaciones sexuales. La mujer debe valorar y cuidar su sexualidad más allá de los mitos que existan en torno a ella.


Mito: Todo contacto físico con la pareja lleva necesariamente a la relación sexual.

Realidad: El contacto físico es algo esencial entre los seres humanos. Besarse, abrazarse, etc. forman parte de la relación normal de cualquier pareja y no necesariamente es provocador de una relación sexual. La posibilidad de tener una relación sexual está dada por la intención o deseo de uno o ambos miembros de la pareja, cuando se da un ambiente más íntimo que propicia el deseo sexual. Si la pareja es consciente de ello, podrá darse cuenta de cuáles son los momentos, lugares o situaciones en que ellos están más proclives a que se dé la relación sexual, y cuáles no. De esta manera podrán manejar la situación.


Mito: El VIH-SIDA se contagia sólo si se tiene relaciones sexuales con homosexuales o prostitutas.

Realidad: Cualquier persona que sea portadora del VIH (virus de inmunodeficiencia humana) lo puede transmitir a otra a través de la relación sexual, a través del intercambio de sangre por medio de una jeringa que contiene sangre de un portador o portadora, a través de la placenta de la madre portadora, etc. La posibilidad de transmitir el virus no tiene que ver ni con la condición social, la situación económica, la orientación sexual u otro; basta que la persona tenga alguna práctica de riesgo para que ello pueda ocurrir.


Mito; La primera relacion sexual con una persona es la mejor

Realidad: Es todo lo contrario, la primera relacion sexual es insatisfactoria para la mayoria de personas debido al nerviosismo, pudor y temor a no llenar las espectativas de la otra persona.


Mito: Las mujeres no tienen orgasmo nocturno.

Realidad: Las mujeres tienen lubricaciones y orgasmos nocturnos igual que los hombres


Mito: Quienes se abstienen de tener contactos sexuales son más sanos.

Realidad: La abstinencia sexual disminuye el riesgo de infecciones sexualmente transmisibles sin uso de condón, pero en ningun momento el no tener sexo proporciona mas longevidad a las personas o se enferman menos de infecciones respiratorias o gastro intestinales.


Mito: El tamaño del pene es decisivo en el goce sexual.

Realidad: El tamaño no tiene nada que ver con el goce sexual; la vagina es un espacio virtual que se acopla a todo tamaño de penes y los organos de placer de la mujer estan a la entrada de la Vulva (Clitoris y Punto G) la vagina no tiene receptores de placer en la mayor parte de su extension.


Mito: El tamaño del pene puede ser calculado por el tamaño de las manos o los pies.

Realidad: No tiene nada que ver el tamaño del pene con el de las manos u otras partes del cuerpo, asi que hay que irse quitando de la cabeza que si alguien tiene pies grandes tambien pene grande, o si es alto su pene tambien es grande.


Mito: Los humanos pueden tener el fenómeno de pene cautivo.

Realidad: Este es un fenomeno en los perros, el ser humano no tiene este fenómeno ya que, al contraerse la vagina, el pene perdería la erección, saliendo de inmediato.


Mito: El alcohol es un afrodisiaco.

Realidad: El alcohol en un principio deshinibe y hace más fácil el acercamiento sexual, pero después debilita la respuesta sexual.


Mito: La masturbación se da exclusivamente en hombres.

Realidad: Las mujeres también se masturban en algunas ocasiones de manera indirecta con objetos, picos de las mesas, etc o directamente y alcanzan mejores orgasmos a veces que con sus parejas.


Mito: Hay tres tipos de mujeres: 1) La novia; 2) Aquélla con la que te vas a casar y 3) Aquélla con la que tienes relaciones sexuales.

Realidad: Esta clasificación es producto de las ideologías machistas, ya que se define a las mujeres como objetos sexuales. Además de que con un misma mujer se puede expresar ternura, amor y placer.


Mito: Puede salir orina en lugar de semen durante un acto sexual.

Realidad:Existe una válvula que regula la salida del líquido seminal o de la orina orina por lo que no es posible que esto suceda.


Mito: El hombre tiene más deseo sexual que la mujer.

Realidad: El deseo es el mismo, pero la sociedad reprime el sentir y el deseo de la mujer.


Mito: La mujer vale más por tener himen.

Realidad: El himen es un valor social en las culturas machistas que valoran a las mujeres sólo por su cuerpo reproductivo y una moral represiva.


Mito: Si comes mariscos tienes mayor potencia sexual.



Realidad:Los mariscos no aumentan la potencia sexual. Estos alimentos sólo aportan proteínas al organismo.

Mito: A las mujeres que tienen vida sexual activa se les nota en los ojos.

Realidad: Es difícil saber si una persona tiene vida sexual por los ojos, la cadera, la forma de caminar, turgencia mamaria etc.


Mito: La primera vez que la mujer tiene una relación sexual es muy doloroso.

Realidad: Si existe una buena lubricación y preparación para el acto sexual no tiene que ser doloroso.


Mito: El hombre debe llevar la iniciativa para las relaciones sexuales.

Realidad: Es un derecho de la mujer decidir cuando tiene una relación sexual, por lo que en una relación equitativa, la mujer también lleva la iniciativa.


Mito: No se deben tener contactos sexuales durante la menstruación.

Realidad: Con un adecuado aseo, sí se puede e incluso es muy satisfactorio ya que la misma sangre sirve como lubricante.


16. De la escala del uno al diez yo pensaría que en la del 5

17. se aprende porque nosotros no nacemos aprendidos si no que aprendemos

18. en la escala del uno al diez yo diría que 4

19. me preocupa rearto porque yo no estoy enseñada a trabajar pero mis padres me lo tienen todo, pero al yo independizarme me da mucho miedo.